lunes, 10 de enero de 2011

Permiso

Hoy murió María Elena Walsh.  Poetisa, compositora de las canciones infantiles que llenaron las salitas de colores de generaciones. Personalmente no recuerdo en qué momento pude haber aprendido los clásicos que saben todos, no tengo recuerdos de haber tenido un casette de ella, ni tampoco recuerdo haber preguntado nunca quién era.  No soy, tampoco, un seguidor de su obra.  Recuerdo, sí, un momento en que se quejó por la carpa blanca de los docentes frente al Congreso.  
Pero como persona de letras, de esas que se apropian del sentimiento de miles para hacerlo verso, es imposible no tomar alguna de sus obras para decir algo. Aunque ese algo quede entre dos personas, y aunque de esas obras, se resalten algunas líneas para mensajear algo distinto a lo que es, en definitiva y por completo, una bellísima canción. Aún así, se piden prestadas, y se comparten.

 Porque me duele si me quedo
pero me muero si me voy,
por todo y a pesar de todo, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

 Por tu decencia de vidala
 y por tu escándalo de sol,
 por tu verano con jazmines, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

 Porque el idioma de infancia
es un secreto entre los dos,
porque le diste reparo
al desarraigo de mi corazón.

Por tus antiguas rebeldías
y por la edad de tu dolor,
por tu esperanza interminable, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Para sembrarte de guitarra,
 para cuidarte en cada flor
 y odiar a los que te castigan, mi amor, 
yo quiero vivir en vos.



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