lunes, 20 de diciembre de 2010

20 de Diciembre de 2001

Ahí estaba el pueblo.  Caminando por la Avenida Montes de Oca, como una salida normal, de rutina.  Arrastraban la bandera argentina y masticaban una bronca que se había originado en sus propios bolsillos.  Gente de cualquier clase, credo, raza, confluyeron durante aquellos dos días, en lo que fue un hartazgo producto de la incapacidad de un gobierno, sumado al aparato puesto en marcha de los que deseaban el poder.  La figura del entonces presidente, bajo la ridiculización de Todo por Dos pesos en forma de pitufo dormilón.  Ese programa de Capusotto y Alberti reflejo la fiesta menemista y atravesó la crisis. Se mudó de un vivo en Miami a un vivo en otro lugar, con una secretaria de origen chino y una estrella jubilada que personificaba a un zarpado jugador de fútbol.



Finalizaba ese año bajo la situación que quebró a vida de la generación post dictadura, la que en buena parte había perecido bajo el somnífero del 1 a 1.  Luego de un año complicado, personalmente, había comenzado el CBC en la UBA con una semana de repudio al efímero ministro López Murphy, mi primer clase fue una clase abierta en la avenida Paseo Colón.  Aquél diciembre tiró sobre las mentes la sangre necesaria para decirse argentinos, una historia siempre manchada de rojo.

Aquella noche me desvelé zapeando la radio.  Tenía amigos que no durmieron por temor a las hordas que amenazaban con robar y saquear las casas.  Al otro día habíamos quedado con unos amigos en mandarnos a la casa de uno a boludear.  Me dormí pensando en por qué no había ido a acompañar ese reclamo legítimo.  Me fui dejando llevar por los cantitos y reclamos y las voces acongojadas de cuantos locutores encontrara en el dial.  Todos teníamos distintas sensaciones   Esa noche se gestó algo distinto en todos.  Unos pensaban en reclamar el esfuerzo de su vida entera, otros querían pedir por una oportunidad que les era negada de hacía una década.  En otras mesas, algunos dados habían terminado de rodar, sobre mapas de ciudades marcadas y agendas de números de teléfono con muchos números.  En otros se rspiraba miedo.  El miedo propio de quienes no saben qué hacer ni cómo, pero siempre van a optar por lo más fácil.


Fotos gentileza de http://www.fotorevista.com.ar/Argentinazo/Argentinazo.htm

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