Hacía muchos años no escuchaba al negro Dolina. Más que nada por esa idiotez de no escuchar Radio 10 por puro placer, hacerlo y despertarse al otro día con el brusco golpe al dial para no escuchar a Longobardi o González Oro podía derivar en la consecuente pérdida del aparato.
En este caso, en la AM 870, Radio Nacional, puedo decir que lo redescubro con gusto. Junto a Jorge Dorio y Patricio Barton, me devuelven un poco a otros años, en los que comencé a escucharlo. Es ese momento de la noche en que apago las luces. Queda iluminada la pieza por el led de los coolers del gabinete de la pc, la cual casi siempre queda prendida realizando alguna acción. Allí me voy entregando al sueño, entre relatos fantásticos, humorísticos y una fórmula más que probada, la cual algunos acusan de vieja. De pronto vuelvo a tener 15 años. Me brota esa sensación, algo mentirosa, de que no tengo responsabilidades arduas o imposibles de aplazar. De a poco, vuelvo a la adolescencia...
El problema es cuando al otro día, si tengo al suerte de poder levantarme más tarde como en este período pre facultativo, escucho la inconfundible voz de Héctor Larrea y comienza a subirme a la cabeza el pánico de tener que ir a la escuela primaria sin haber podido terminar el maldito trabajo de manualidades.
3 comentarios:
jajajajajajja no paco!!!
yo dormia con la radio am prendida en mi habitacion de chico y me despertaba Larrea tambien!!!
PANICO!
XP
Es increíble cómo Larrea, sin saberlo, debe generar pánico en toda una generación!!
Debe haber pocas cosas mejores que el Negro Dolina. Los diálogos, el humor, la cultura, la música, y una superioridad a la hora del análisis que encuentro en muy pocos personajes. Ojalá nunca se termine.
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