Hace calor. Y sí, claro que hace calor, es verano, ¿qué esperamos? Si la temperatura marcase 10º, ahí sería para preocuparse por los efectos que podríamos estar provocando en el clima (los cuales hay que atender, claro está). Pero algo ocurre cuando pasan los 33º en la calle.
Por empezar, sube aún más la llamada Sensación Térmica. Hay más malhumor,hay más necesidad de irse, de buscar vientos, aires, mar. Y los mejores promotores de cualquier lugar de veraneo son los comunicadores, el márketing comienza por ello. Hoy por hoy, un comunicador es un periodista cualquiera. Hoy por hoy, el segmento más visto y más redituable comercialmente está en los noticieros, en los canales de noticia que pueden bancar un móvil desde una playa cualquiera. Porque es de color, porque etá bueno, porque da envidia, porque muestra a todos aquello a lo cual hay que apuntar por lo menos durante estos 3 meses.
Y qué mejor manera de hacer picar ese bichito de que hay que rajar a algún lado, que con el probado discurso de lo terrible que estamos cuando hace calor en la ciudad. Es de por sí una campaña servida en bandeja, sólo basta con tirar un huevo al aslfato y decir que se cocina lentamente.
Si el escenario incluye a cierto servidor que ya de por sí encara las mañanas de mal humor, y si a eso le sumamos todo esto:
...el resultado es una conversación telefónica como la siguiente:
Ella: -Hola, amor, ¿cómo estás?
El: -Con calor, ¿no ves que hace calor?, ¿la tele dice que nos fundimos de calor y vos me preguntás cómo estoy?
El día se desarrolla luego con la consecuente apagada general de televisión y diarios de internet y el correspondiente llamado de "disculpame, el calor me pone mal"
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