lunes, 26 de enero de 2009

Changeling Bergara

La nueva película dirigida por Eastwood tiene muchos matices. Las grandes actuaciones de Jolie, Malkovich (que nos tiene más acostumbrado) e incluso Jason Butler Harner, en su pequeño gran papel. Arranca con el título en una fuente centrada y sin espamento, para conciliar con el "a true Story" que nos predispone a una mejor aceptación de lo que vayamos a ver. No porque podamos concebir que una historia así puede pasar, sino por lo que nos puede mover a seguir mirando, incluso a espantarnos más. ¿A qué responde esa bajada? Nos pone en el plano mismo de la realidad hecha film. ¿Qué es lo que uno encuentra más aberrante? La historia es medianamente conocida, se pierde el hijo de una mujer, luego la policía dice que lo encuentra, pero ella dice que no es. En mi manera de verla, la película se basa en la corrupción policial, más que en la historia del cambio. En la ineficacia, la falta de respeto por lo que dicen proteger, el llegar a cualquier extremo con tal de mantener una fachada impresentable. ¿Por qué es inevitable verlo así? No es extraño.
El secuestro del empresario Leonardo Bergara, que nos inundó con informaciones en los últimos 35 días, ha dejado nuevamente la puerta abierta a la famosísima Maldita Policía, que no es que haya vuelto, sino que nunca se fue. Por más "Policías en acción" que nos quieran hacer entender que luchan día a día, sabemos que en lo que no vemos, están estas suspicacias. ¿Y si todo fuera una maniobra de los delincuentes para hacerlos quedar mal? Es probable, pero en caso de ser así, es por algo, es por una venganza, es por una causa. La cinta dura más de lo que tal vez debiera, había una necesidad en el director en dar un cierre a la historia, que no quede flotando del todo en el aire. Intenta mantener siempre en vilo al espectador pero resulta difícil lograrlo cuando ya dio muestras de haberlo podido finiquitar. Es una gran historia, una gran crítica, con muy buenas actuaciones. Pero la crítica, permanece por encima de todo. Malkovich también tiene su metáfora, en su papel de comunicador más que en el de religioso. Bergara fue encontrado en el domicilio de otro policía. Estuvo 33 días secuestrado y desde que se pagó el rescate hasta que apareció pasaron más de 35 horas. En el medio hay policías involucrados, detenidos, uno prófugo y otro al que parecen haber tendido una cama grande como una casa. A todo esto se cumplen 12 años del asesinato de Cabezas (¿se acuerdan?), por el cual también fueron sometidos a juicio varios miembros de la fuerza. ¿Y si le mandamos un guión al viejito Clint?

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