lunes, 20 de octubre de 2008

Una respuesta para trabajo de facultad, un domingo después de la medianoche

6) Analice en qué otros casos, además de las campañas electorales, los medios de comunicación son utilizados como medios propagandísticos. Ejemplifique.
Tal como se menciona anteriormente, hay una fase conocida como precampaña. Dicho período de tiempo puede ser cualquier momento, siempre hay un gobierno que intenta mantenerse en el poder (mucho más desde la reforma de la Constitución del año 94, que posibilita la re elección) y una oposición que busca conseguir el voto popular. Desde dicho momento, la campaña pasa a ser siempre. No hay momento del año en que no veamos por televisión, o escuchemos por radio, acontecimientos o noticias bañadas en subjetividad. Tal situación también es posible gracias a los intereses que forman parte de las ideologías de hoy en día. Anteriormente mencioné el caso de CQC, pero no representa lo que es parte de un multimedios, en los que las líneas editoriales se ven plasmadas en la manera en que se encaran las noticias. Pero esta manera de informar o de comunicar, ya es algo que quedó fuera del exclusivo ámbito de la política, ha ido mutando hasta formar parte de diversas situaciones que pueden no tener que ver con un gobierno o partido político. Se puede ver, sin ir más lejos, en el fútbol. Me permito citar un ejemplo, el cual no busco que sea rebuscado. River Plate tiene un presidente que, debido a diversos fracasos deportivos, ha sido puesto en el ojo de la tormenta por parte de un grupo opositor, entre los cuales estaría el empresario Daniel Hadad, dueño de, entre otros medios, el canal de noticias C5N. En los días en que el club River perdió un partido importante, se puede ver en los móviles del canal, la animosidad de buscar a los hinchas en estado de efervescencia calentura, para que digan, entre otras cosas, que el presidente debe irse porque la situación no da para más. Es tan solo un ejemplo. Del mismo modo se puede apreciar en cuestiones más banales, como el programa Showmatch, donde compiten diversas parejas tanto de baile como patinaje sobre hielo, canto o, tal vez próximamente, apasionantes campeonatos de truco. Según las conveniencias en cuanto a los números del rating, se puede ver cómo se da más aire a distintas figuras (aunque me vea sumamente tentado a encomillar la palabra), tanto en ese programa como en cualquier otro que pueda pulular en situaciones bizarras. Está claro, es una propaganda albo bastardeada, así como muchas otras palabras que encuentran en este párrafo una desubicación tal a la que podría demostrar Emmanuel Ortega en un recital de Almafuerte, pero no deja de ser algo, una manera de meter cierta forma de propaganda, mucho más aggiornada a la sociedad actual. Pero volviendo a temas de mayor importancia (de los cuales nunca me tendría que haber corrido), se puede ver que las ideologías no siempre son en campaña. Otro renombrado caso de esta situación, es en lo que fue la llamada Lucha contra la Inseguridad, con la participación cúlmine del mal llamado Ingeniero, Juan Carlos Blumberg. Parte de la clase alta de la sociedad, su hijo fue víctima de un secuestro y asesinado por los captores. Sin dudas una noticia llamada a conmocionar en la gente, pero no como cualquier otra, no como otras desapariciones o muertes anteriores, en situaciones similares o incluso, mucho más sanguinarias. Este era un caso de un hombre que era profesional, cuya fotografía del hijo mostraba un joven pulcro, correcto, un modelo para los parámetros televisivos. El pedido inicial de justicia del padre de Axel, llamó a encolumnar una fila interminable de gente que reclamó justicia, seguridad, cárcel, bala, uniforme, botas y culminó con una multitudinaria marcha en el Congreso, y el pedido de que los Diputados y Senadores aprobaran una serie de cambios en las leyes. La carrera mediática en la cobertura de este acontecimiento arrancó tibia, y fue mucho más allá de la pura cobertura de un hecho trágico. Sin la incansable aparición de Blumberg en los medios, no hubiera sido posible esa situación, como tampoco pudiera haber sido posible su candidatura política, de la mano de Jorge Sobisch. Por último puedo mencionar el caso Cromañón, que conlleva tantas aristas que es imposible pensar en ennumerar todas. Pero es un caso donde no hay un debate presente, algo necesario, hay solamente pistas, datos, depende de quién los brinde. Vuelvo a citar Caiga Quien Caiga, programa en el cual, en uno de sus últimas ediciones (en la semana previa al comienzo del juicio) dio detalles de la cantidad de entradas vendidas esa noche y las que se vendieron en recitales posteriores del grupo Callejeros. Además demostró que el grupo sacó un disco luego de la tragedia y mostró la cantidad de copias vendidas, demostrando que el grupo había lucrado con lo ocurrido, una idea que el conductor e ideólogo del programa, Mario Pergolini, ya había dejado trascender anteriormente en su programa de radio, alineándose a una idea común entre los grupos más importantes del rock nacional (o algunos de ellos), ámbito al cual Pergolini ha pertenecido siempre. Dicho informe no hace más que querer inclinar a los televidentes, muchos de esos seguidores de esa banda, a ver determinada realidad crítica hacia con el grupo. Misma maniobra hizo, apenas días después de aquél 30 de diciembre de 2004, el noticiero de América TV, editando el video en que el gerenciador de Cromañón, Omar Chabán, promocionaba el boliche de una manera artística e irónica. Utilizaban la ironía para destacar la ambición empresarial en la que se ha hecho hincapié para destacar la irresponsabilidad que corresponde a Chabán. Aunque de una forma poco limpia, exagerada (un factor que Bourdieu también destaca en su ya citado texto). Como he intentado mostrar, las propagandas se ven en mucho más que en campañas electorales, o bien éstas se han ampliado a cualquier momento. También se ve, aunque no sea en situaciones estrictamente políticas, que se busca manipular la elección del televidente, aún en cuestiones mucho más superficiales.

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