Tantas maneras hay de contrarrestar el frío a veces, pero es difícil impedir que la helada se meta por algún agujerito por ahí, entremedio, y golpee justo en esa parte de la garganta que jode tanto y que después provoca no dormir o despertarse cada dos por tres.
Pero hay maneras, físicas, psíquicas, artificiales.
Canción de verano si las hay, al menos a mí todavía no me aburrió aunque la haya escuchado mil veces.
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