jueves, 26 de abril de 2007

enferMAME

Dos días por gripe, qué mejor ocasión para despuntar aquél vicio. Aquél que nos hacía pedir monedas en la calle para ir a jugar, argumentando el chico enfermo del colegio que se llamaba Fabián Sancor por el cuál pedíamos plata... aquella empresa también fue un fracaso igual.



De tan solo un juego, una imágen de esas grandes máquinas pesadas que parecían millonarias pero recreada ahora en un monitor de 15', más el tiempo libre poco general, se suceden los recuerdos, las aventuras, las diferentes memorias que los diferentes seres dentro de uno tienen talladas en piedra. Y se van desmemorando, esparciendo por toda la mente, llenando los huecos. Pasa como un universo, como estrellas, de repente 5 años y uno de los recuerdos con más polvo, y de repente más de un cuarto de siglo casi. Y una misma constante.



Haber formado la palabra Tumblepop en el juego. La avalancha en la popular y el grito ensordecedor...

1 comentario:

belfegoth dijo...

El tema era quien se quedaba con la vida.

Generalmente era un trabajo cooperativo y el que tenia menos vidas la agarraba, dejandole a cambio todos los diamantes al otro jugador.

Peo siempre estaba la ocasion del jugador amarrete que juega por su ficha y te afanaba la vida y todos los bonus.

Como robarte las letras aunque ya las tenga en el bubble bobble