martes, 2 de marzo de 2010

Empezaron las clases

"¿Por qué me hacen esto? Yo creo hacer las cosas bien, trato de portarme como me dicen, a veces no me sale del todo bien.  Pero no creo que sea para tanto.  Tal vez esa vez que rompí las plantas de la abuela con la pelota, pero tampoco era para tanto.  Yo solito al final junté la tierra con las manos y la volví a dejar en la maceta.  Hice todo para que no se dieran cuenta, hasta le eché la culpa al perro.  No sé por qué ahora me hacen esto.  Esta inmensidad de cemento me asusta, el patio está bueno, es grande. Pero me asusta.  Las mujeres de la cocina usan algo en las bocas, como esa película del espacio, donde el malo tiene esa cosa en la cara. No entiendo.  Esas mujeres que no son mamá ni abuela insisten con mostrars simpáticas, las encuentro hipócritas.  No sé por qué quieren quedarse conmigo cuando yo sólo quiero estar en casa, con mis tutús.  No me ayuda que quieran dejarme con ellas lejos de casa, mejor que vengan ellas a casa.  Y los demás... no sé qué pasa con los demás, son todos extraños.  Están igual que yo, se los nota asustados, algunos lloran más, otros menos, otros van por la vida como si nada, deben vivir en una nube.  Viven como si no hubieran notado que nos quieren dejar acá.  Después vuelven, dicen. Pero no sé.  Yo por las dudas me agarro fuerte."


1 comentario:

Fernandoc dijo...

Nosotros lo hacemos por nuestros hijos, para que ellos se eduquen, progresen, se relacionen con otros chicos de su edad, sean hombres de bien, sean cultos, sean "alguien" en la vida. Nuestros hijos se dan cuenta que el mundo era un poco más grande que sus habitaciones y que -¡ay!- ya no podrán confiar completamente en nosotros. Pero finalmente sobreviven a esa traición.
Muy buen post.