martes, 18 de marzo de 2008

Escribir

Gerardo Sofovich quiere agregar un título repugnante más a la historia del malogrado (por él) teatro argentino y anunció su próxima obra "el referí cornudo". Este título se agrega a su legendaria lista integrada por clásicos tales como "Pobres pero... casi honradas"; "Más que diferente " (Con Flor de la V, 'guiño, guiño') o "El Champán las pone mimosas ". En la entrevista que el geronte dio a Susana Giménez el año pasado, recuerdo haberlo oído vanagloriarse de haber escrito la obra en la actúa Moria Casán, en una sola noche, terminando a las 5 de la mañana de sacar lustro a las hojas, hacer café y hacer copy paste de algunos guiones viejos de Operación Ja ja. Alarmante el dato, no sé por qué, pero al escucharlo no hizo más que confirmar ese asco casi instintivo a este tipo de obras, lejos de sentirme orgulloso de que alguien pudiera hacer semejante acto de creatividad.
Más allá de todos esos lugares comunes que debe haber en la obra son los mismos en los que nosotros, seres completamente asquerosos y fáciles para cualquier tipo de chiste podemos caer al menos 10 veces en una jornada laboral, se me vino a la mente una de esas comparaciones que les dan fama de odiosas.
En su programa de radio, hace mucho, el Negro Dolina recordaba una entrevista que realizó a Ernesto Sábato (si mal no recuerdo). Todo esto a propóstio de un oyente que le preguntó a Dolina cuándo iba a sacar un nuevo libro. Argumentó citando al escritor de 'El Túnel' en cuyo reportaje comentó que si uno tuviera la capacidad de escribir 10 páginas por día, durante cinco meses, tendría al menos 1600 páginas, de las cuales podría sacar al menos 600 que sean del completo gusto del autor, el resultado de eso sería una porquería.
Por lo tanto, lo que habría que hacer, es inventar una palabra 1600 veces más repulsiva que 'porquería' para definir cualquier escrito que pueda hacer el viejito cuya foto enaltece este posteo.

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